Al igual que os comentaba con los formones en anteriores artículos, cuando llega a tus manos un cepillo nuevo, piensas que es una maravilla y te vas a poner en marcha, pero nada más lejos de la realidad.
Aunque no son temas problemáticos, el cepillo trae pequeños defectos de fábrica, que conviene mejorar. Son necesarios una serie de trabajos previos, si quieres que tu cepillo rinda al máximo, y tu trabajo sea lo más sencillo y eficiente posible.
El primero de ellos es el aplanado de la parte posterior de la cuchilla, la que no tiene biseles afilados. Este aplanado es fundamental, para que la cuchilla encaje a la perfección con el hierro o contracuchilla, y el corte sea el adecuado.
Para el aplanado de la cuchilla, vamos a seguir la misma técnica que os he descrito en el aplanado de la parte trasera de un formón. Realizaremos la misma secuencia de movimientos, con una pequeña diferencia al final.
MOVIMIENTO 1
Con la posición que podéis ver en el esquema , vamos dando 50 pasadas arriba y abajo en la piedra de 800, avanzando además hacia la derecha y vuelta. Una vez hechas esas 50 primeras pasadas, damos la vuelta a la piedra, y repetimos la operación una segunda vez. Es igual que la técnica que usamos con los formones. Recordad que una vez hecho esto, para volver a usar la piedra de 800 deberíais realizar la operación de aplanado de la misma.
MOVIMIENTO 2.
Cuando ya hemos realizado el aplanado en la piedra de 800, pasamos a refinar la superficie en la piedra de 8000. Aquí vamos a hacer una pequeña variante sobre la técnica de aplanado de formones, que es el truco de la regla. El asunto consiste en crear una pequeña inclinación, que haga que el refinado del extremo de la cuchilla en su parte trasera, sea mayor.
Una vez hecho este segundo movimiento, ya tenemos la cuchilla perfectamente plana en su parte trasera.
Podeis observar la técnica en este video que os adjunto. Como siempre, si hay alguna duda, solo tenéis que preguntar.